Ambientalistas temen que se reactive el proyecto de una terminal de gas licuado en el área protegida Punta de Manabique, Izabal, mientras el Consejo Nacional de Áreas Protegidas (Conap) informó que mantiene la postura de que ahí no se puede construir una obra de esa naturaleza.
Rafael Maldonado, coordinador del Centro de Acción Legal Ambiental (Calas), denunció ayer que fue presentado un segundo estudio de impacto ambiental, luego de que en febrero del 2010 el Ministerio de Ambiente negó a la empresa constructora la autorización para efectuar los trabajos.
Maldonado aseveró que la preocupación es que ante este nuevo intento ni autoridades ni coadministradores de la reserva se han pronunciado, por lo que se teme haya complicidad con altos funcionarios para construir una planta que podría causar una catástrofe ecológica en el mar y en los ecosistemas costeros.
Jorge Luis Galindo, secretario ejecutivo del Conap, reconoció que recibieron un nuevo estudio de impacto ambiental, pero dijo que esa entidad no emitirá una resolución hasta que se demuestre que se cerró el caso anterior.
Mientras tanto, el Conap va a realizar un monitoreo de cerca para verificar que no se construya la terminal de gas en un área que es protegida, y en la cual, a pesar del movimiento de suelos que hizo la empresa, todavía hay mucha biodiversidad por proteger, señaló Galindo.
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