viernes, 11 de junio de 2010

El cielo abierto

« Ciertamente les aseguro que ustedes verán abrirse los cielos, y a los ángeles de Dios subir y bajar sobre el Hijo del hombre (Juan 1:51).

Las palabras del texto de hoy parecen presentar una cosmovisión de horizonte ilimitado: ¡El cielo abierto! Cristo dijo eso cuando eligió a sus discípulos. Si revisas todo el pasaje te darás cuenta de lo que sabían estos seguidores al final de su primer encuentro con Jesús.

Por la predicación e instrucción de Juan el Bautista sabían que Jesús era el « Cordero de Dios» (Vers. 36).

Natanael reconoce un poco más tarde a Jesús como « Hijo de Dios » y como « Rey de Israel » (vers. 49).

Después de la primera conversación con Jesús, habiéndose quedado en el lugar en el lugar donde él moraba durante la noche, Andrés de dijo a su hermano Simón (Pedro) que habían encontrado al «Mesías» (vers. 41).

Felipe, que fue reclutado por Jesús mismo, dio cuenta su amigo Natanael de lo que él sabía. Le dijo: « Hemos encontrado a Jesús de Nazaret, el hijo de José, aquel de quien escribió Moisés en la Ley, y de quien escribieron los profetas » (vers. 45).

En el primer encuentro ya lo sabían todo. Tal vez, Jesús les podría haber dicho: « Ya me doy cuenta que saben lo que hay que saber, ya están listos para graduarse ». Sin embargo, aunque sabían lo que podríamos llamar la columna vertebral de la fe cristiana, en los tres años y medio que pasaron con Jesús, iban a aprender a conectar lo que sabían con la realidad. Jesús les tenía que ayudar a elaborar una cosmovisión.

La cosmovisión del cielo abierto y de los ángeles de Dios cumpliendo su ministerio. Quizá hoy necesites esa visión. Uno nunca sabe cuándo enfrentará una crisis, ¿pero no es maravilloso saber que el cielo está abierto y los ángeles ministran en nuestro favor?

« El Señor de la vida y la gloria vistió su divinidad de humanidad para mostrar al hombre que Dios, mediante el don de Cristo, quiere unirnos con él »

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