jueves, 22 de abril de 2010

Una misión dirigida

Trabajen, pero no por la comida que es perecedera, sino por la que permanece para vida eterna, la cual les dará el Hijo del hombre. Sobre este ha puesto Dios el Padre su sello de aprobación (Juan 6:27).

En el ministerio de Cristo podemos encontrar algunas veces palabras suaves de reproche. Esta es una de esas ocasiones. Una multitud le buscaba, pero él sabía lo que lo hacían por un beneficio personal egoísta, es decir, únicamente «porque comieron pan hasta llenarse » (vers. 26).

Eder estudiaba teología cuando compartió su experiencia sobre las palabras de este texto. Dice que cuando recién había ingresado a la universidad salió a colportar. Aunque no sabía cómo hacer este trabajo porque no lo había hecho antes, se animó a enrolarse con los miembros del Club de Colportores. Después de cinco domingos con experiencias muy negativas en todo sentido, el sexto domingo, decidió conversar con Dios sobre esta situación.

« ¿Qué estoy haciendo mal? », se preguntaba. Abrió su Biblia y leyó el texto de hoy. «Entonces cambié mi perspectiva del trabajo y del colportaje. Y me comprometí a cambiar mi manera de aproximarme en el cumplimiento de mi misión. Entonces Dios me bendijo, en tres horas vendí veinte revistas ».

Generalmente pensamos en nuestras propias necesidades. Tenemos tantas que no nos da tiempo de pensar en los demás. Marcos Rafael Blanco Belmonte (1871-1936), en un fragmento de su famoso poema «El Sembrador », dice:

«Hoy es el egoísmo torpe maestro

a quien rendimos culto de varios modos:

si rezamos, pedimos solo el pan nuestro.

¡Nunca al cielo pedimos pan para todos!

En la propia miseria los ojos fijos,

buscamos las riquezas que nos convienen

y todo lo arrostramos por nuestros hijos.

¿Es que los demás padres hijos no tienen? »

¿No te parece que nos haría mejores si no olvidamos hoy de pedir para los demás las mismas bendiciones que pedimos para nosotros mismos?

« Si se olvidan de ustedes mismos en su interés por otros, ganan una victoria sobre sus flaquezas »

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