« Manténganse despiertos y oren, para que no caigan en tentación. Ustedes tienen buena voluntad, pero son débiles » (Mateo 26:41 DHH).
« Manténganse despiertos ». La razón de esta advertencia se justifica en el mismo texto: « Ustedes […] son débiles ».
Daniel lo experimentó en su propia vida, al echar por la borda la primera oportunidad que tubo de ser universitario. Fueron cuatro años desperdiciados porque se salía de las clases y prefería la diversión con sus amigos y participar de fiestas y placeres que no contribuyen al desarrollo profesional.
Cuatro años sin logros universitarios. Pero se le concedió una segunda oportunidad. Lejos de su casa y en un lugar totalmente diferente al ambiente que conocía. Perdió cuatro años porque no prestó atención a las recomendaciones de concentrarse en sus estudios.
Por eso la recomendación de Jesús: « Estén aleta ». Vigilar atentamente el rumbo de nuestros pensamientos, nuestros gustos y deseos. En el camino de nuestras realizaciones personales, familiares y profesionales, hay muchas tentaciones para distraernos de los objetivos más importantes para nuestra vida y de una correcta prioridad en el uso de nuestro tiempo. Pero hoy compartiré contigo el secreto: No es solamente un decisión por « mantenerse despierto ».
En esta campaña por enfocar nuestras vidas, no estamos solos. Por eso, la recomendación de mantenerse despiertos («alerta», NVI) es parte de la receta. La otra, en palabras de Jesús, es «oren». No solamente para entregar a Jesús una lista de peticiones, sino también para escuchar sus indicaciones y recibir la fortaleza espiritual para mantenernos enfocados en nuestros propósitos. Recuerda que la oración no es un monólogo, sino un diálogo y nuestro Padre celestial nos habla por su palabra. Orar sin leer la Biblia convierte las oraciones en soliloquios sin sentido.
Somos débiles y las tentaciones cada vez más variadas y poderosas. El intento del enemigo de Cristo es distraernos. Así malgastamos el tiempo y perdemos las oportunidades que nos conducen a prepararnos para esta vida y para la vida eterna.
« Los jóvenes temerosos de Dios […] deberían reconocer sus deberes actuales y cumplirlos sin permitir que la mente se desvíe. Esta clase de disciplina mental será útil y beneficiosa durante toda la vida »
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