lunes, 17 de mayo de 2010

No faltan los problemas, ¡Ni la ayuda divina!

« Hoy he puesto como ciudad fortificada, como columna de hierro y muros de bronce, contra todo el país, contra reyes de Judá, contra sus autoridades y sus sacerdotes, y contra la gente del país» (Jeremías 1:18).

¡Qué promesa! En cuanto tengas un ratito enriquecerte leyendo el primer capítulo del libro del profeta Jeremías. Pero antesde que te imagines que la extraordinaria promesa del versículo de hoy libró al profeta de obstáculos y problemas, será bueno que primero reflexionemos acerca de Jeremías y su misión.

En algunos momentos de su vida, el profeta le preguntó a Dios: « ¿Por qué prosperan los malvados? ¿Por qué viven tranquilos los traidores? » (Jeremías 12:1). Luego presentó una queja: « ¡Señor, préstame atención! ¡Escucha a los que me acusan! » (18:19). Jeremías estuvo en la cárcel (37:13-21) y en una cisterna hundido en lodo (38:6). Incluso Nabucodonosor reconoció su valor (39:11-14).

Lo que te quiero decir es que Jeremías no fue llamado a una misión fácil, como tampoco es fácil para ti cumplir la misión de Cristo. Nunca ha sido fácil porque vivimos en un terreno « minado » por el enemigo de Dios. Pero considera ahora el contexto que enmarca el llamado de Jeremías a cumplir su misión. Todas estas afirmaciones son tomadas del primer capítulo de su libro, que termina con el texto de hoy.

· « Antes de formarte en el vientre, ya te había elegido » (Jeremías 1:5).

· « Yo le respondí: “¡Ah, Señor mi Dios! ¡Soy muy joven, y no sé hablar!” » Pero el Señor me dijo: “No digas; Soy muy joven, porque vas a ir adondequiera que yo te envíe, y vas a decir todo lo que yo te ordene” » (Vers. 6,7).

· « No le temas a nadie » (vers. 8).

· « He puesto en tu boca mis palabras » (vers. 9).

· « Mira, hoy te doy autoridad sobre naciones y reinos » (vers. 10).

Al cumplir con la misión que Dios te ha dado puedes estar seguro que no faltarán los problemas, obstáculos, tentaciones, falsos testimonios, dudas, errores, enfermedad, tristeza e incluso la muerte. Pero también puedes estar seguro que estás con el equipo ganador. Cristo aseguró la victoria y hoy te dice: « Estoy Contigo »

« Perseveren en la obra que han empezado hasta ganar victoria tras victoria »

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