« ¿Eres tú que ha de venir, o debemos esperar a otro? » (Mateo 11:3)
¿Has pensado en la desesperación que Juan el Bautista podría haber tenido en la cárcel después de su intenso ministerio?
Con Juan el Bautista, los acontecimientos se fueron sucediendo cual viento huracanado, y ahora le parecía que Jesús tomaba las cosas con demasiada calma. Él había ejercido un ministerio muy intenso, pero Jesús parecía enfrentar su misión de forma más relajada. Hasta se daba el tiempo para ir a una fiesta en la casa de un recaudador de impuestos (Mateo 9:10).
A Herodes y a la nación entera les urgía una manifestación extraordinaria y rápida de Jesús, y, de paso, él quedaría vinculado como mensajero que había preparado el camino para el cumplimiento de la milenaria promesa de un Salvador.
--No lo presionen-- --puedo imaginarme a Juan recomendando a sus discípulos--, solamente háganle esta pregunta: « ¿Eres tú el que ha de venir, o debemos esperar a otro? »
--¿Pero qué podemos decirle?-- preguntaron los discípulos de Juan a Jesús.
-- «Vayan y cuéntenle a Juan lo que están viendo y oyendo: Los ciegos ven, los cojos andan, los que tienen lepra son sanados, los sordos oyen, los muertos resucitan y a los pobres se les anuncian las buenas nuevas »-- (Mateo 11:3-6).
Parece que Jesús prefirió la acción a la argumentación. Sí, la acción bondadosa, la acción generosa con los enfermos, los necesitados y los pobres. La acción positiva a favor de quienes anhelan buenas noticias, porque cada día son peores. Jesús pudo haber respondido con un discurso pletórico de argumentos, respaldado por innumerables notas de pie de página.
Discursos, sermones, discusiones, intercambio de argumentos, etc. ¿Verdad que hay mucho de esto en las prácticas religiosas? Tratamos de convencer a otros con nuestras palabras y olvidamos que nuestros mejores argumentos se derivan de nuestras propias acciones a favor de los que nada tienen y todo carecen. Jesús respondió con el servicio abnegado que es el filtro maestro de todo programa educativo.
« El placer de hacer bien anima la mente y hace vibrar todo el cuerpo »
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