viernes, 7 de mayo de 2010

Familias unidas

« Él hará que los padres se reconcilien con sus hijos y los hijos con sus padres, y así no vendré a herir la tierra con destrucción total » (Malaquías 4:6)

Esta es una de las más hermosas promesas de la Biblia. Se trata de las últimas palabras del Antiguo Testamento. Y desde ahí le gran salto a las primeras palabras del Nuevo Testamento: « Tabla genealógica de Jesucristo » (Mateo 1:1)

Con razón el apóstol Pablo, al escribir su Carta a los Efesios, aunque parece que se trata más bien de una « circular » para todas las iglesias, dice que el gran misterio de la voluntad de Dios es « reunir en él todas las cosas » (Efesios 1:10).

Vivimos en una época de familias « disfuncionales ». Así hemos dado a calificar, de una manera técnica, todos los sufrimientos, tristezas y el dolor que se incuba en muchos hogares, en los cuales, de una manera u otra, se manifiesta el alejamiento del amor de Dios.

Cuando uno de mis hijos era todavía muy pequeño, todos los días yo le contaba historias de la Biblia antes de dormir. Especialmente los viernes, cuando nuestro horario se recorría horas antes, apenas se ocultaba el sol. Recuerdo especialmente un viernes en que mi hijo finalmente quedó profundamente dormido. Contemplé su rostro durante unos momentos. Su actividad finalmente había cesado y reflejaba una paz y una inocencia que me cautivaron. Entonces, pensando en tanta rebeldía que explota en el centro de muchas familias, me pregunté: «¿Será posible que algún día este hijo tan dependiente, tan apegado a mí se rebele en mi contra? »

No es un misterio, es una realidad cuya causa se encuentra en el capítulo 3 del libro de Génesis, cuando nuestros primeros padres se rebelaron contra su Creador. Inmediatamente las relaciones con Dios se truncaron. Pero no solamente eso, sino que las relaciones entre la pareja también se fragmentaron: comenzaron las acusaciones, y desde entonces somos víctimas del dolor que trae consigo la desobediencia a las instrucciones de Dios.

Es posible que en tu hogar estén sufriendo, en estos momentos, una situación de rebelión o rompimiento, o simplemente que se halle en dificultades. Eso es realmente triste y lamentable, pero hoy te puedes aferrar a la promesa de nuestro texto: ¡Habrá reunificación familiar¡

« La restauración y el levantamiento de la humanidad empiezan en el hogar »

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