sábado, 10 de abril de 2010

Un legado de visión y generosidad

El que es generosos prospera; el que reanima será reanimado (Proverbios 11:25)

¿Te gustan las fórmulas? En el texto de hoy se enuncia una de las fórmulas más seguras en el universo. ¿Y sabes porque? Porque la naturaleza de Dios es « dar ».

¿Le has pedido una « probadita » de helado a un niño pequeño? ¡Te dice que no! Cuando ya le queda poquito, te dice: « ¿Quieres? » ¿Podemos dar lo que ya no queremos? Lo que sobra… usado y gastado. Pero hay otras motivaciones:

· ¿Compromiso social ineludible porque quedarías mal ante tus compañeros? Entonces das lo mínimo posible.

· ¿Con el propósito de « Sembrar » para el día de mañana? En otras palabras, esperas que algún día no muy lejano eso que das a alguien te sea devuelto en mayor cantidad. Ya sabes aquello de que « el que regala bien vende, si el que recibe el regalo lo comprende ».

· ¿Con el propósito de dejar tu nombre como recuerdo de una causa noble, impresionas así a los demás?

· ¿Cómo parte de un juego social? Cuando se acerca la Navidad nos da por jugar al « amigo secreto ». Organizamos una fiesta de modo que todos los participantes podamos recibir un regalo. Se trata de un intercambio, que puede resultar muy positivo para el fortalecimiento de nuestras relaciones familiares, laborales, fraternales o sociales.

Pero cuando analizamos la forma que Dios ha dado nos damos cuenta que con sus dádivas nos ha dado un legado de visión y generosidad.

¿Puedes recordar algunas características de ese legado?

· Previó nuestra necesidad

· No se arrepintió de haber hecho una provisión tan grande y arriesgada, sino que puso en acción inmediatamente su compromiso.

· No buscó resolver mediante la opción más « barata ».

· Dio todo lo que tenía, dándose a sí mismo en Dios el Hijo, por nosotros, que como pecadores éramos sus enemigos (Romanos 5:8-10).

Sí, un verdadero legado. Hablamos de generosidad. Ese valor moral que nos lleva a tener un corazón sensible a las necesidades ajenas.

« El acto de dar, si es fruto de la abnegación, es un maravilloso estímulo para el dador »

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