martes, 6 de abril de 2010

Instrumentos de bendición

El Señor protege al extranjero y sostiene al huérfano y a la viuda, pero frustra los planes de los impíos (Salmos 146.9).

Todo el Salmo 146 es una invitación para alabar al Señor como el Creador y Protector de los más necesitados, conforme a sus indicaciones: « Él defiende la causa del huérfano y de la viuda, y muestra su amor por el extranjero, proveyéndole ropa y alimentos » (Deuteronomio 10:18). El Altísimo se solidariza con los necesitados por medio de nosotros. El teólogo francés André Wénin lo expresa así: « ¿Qué es el reino anunciado por Jesús sino el encuentro con todos los que la sociedad condena a la marginación? ».

Nuestra responsabilidad hacia los más desprotegidos es tan decisiva que Santiago señala que « la religión pura y sin mancha […] es […] atender a los huérfanos y a las viudas en sus aflicciones, y conservarse limpio de la corrupción del mundo » (Santiago 1:27). Es un gran desafío saber que tú y yo ¡somos « las manos de Dios » ¿Qué podemos hacer a favor del necesitado? Veamos algunas maneras:

· Identifica en tu barrio o vecindario alguna necesidad personal o familiar. Ayuda a esas personas directamente o dirígelas a quien pueda prestarles auxilio.

· Analiza la situación. Muchas veces no es ayuda económica lo que se requiere, sino capacitación y orientación para conseguir empleo.

· Forma en tu iglesia equipos de acción que quieran enseñar oficios o manualidades y que den cursos de capacitación cultural y laboral.

· Acondiciona en tu iglesia un lugar adecuado y exclusivo para el Departamento de Dorcas (ADRA, Beneficencia, etc.) donde almacenar víveres, ropa, utensilios de cocina, para ser entregados a los necesitados.

« Si los cristianos tomaran las cosas más en serio, podrían multiplicar mil veces esos recursos ».

Bendiciones…

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