viernes, 11 de febrero de 2011

Saqueo asciende a Q471 millones durante el 2001


El análisis de los peritos de la Contraloría General de Cuentas (CGC) y auditores que revisaron las transacciones y movimientos financieros del Estado durante la administración de Alfonso Portillo establecieron que el desfalco en el 2001 asciende a Q471 millones.

Sin embargo, el ex mandatario no podrá ser enjuiciado por ese monto, porque cuando se solicitó su extradición a México únicamente se le imputó una transferencia equivalente a Q120 millones, por la que enfrenta debate en la actualidad.
Los expertos analizaron las transferencias efectuadas en diferentes rubros del Ministerio de la Defensa, y al compararlas con los acuerdos gubernativos, retiros en efectivo, modificaciones presupuestarias y documentos de respaldo de supuesto secreto militar, identificaron que un grupo de ex funcionarios saquearon Q471 millones.
Las pesquisas han determinado que entre el 2001 y el 2003 fueron sustraídos Q906 millones de la citada cartera.
El caso se fundamenta en una auditoría de la CGC en la que se estableció que los militares autorizaron los desembolsos por medio de 79 certificaciones, sin documentos de respaldo ni justificación, con el argumento de que se trataba de secretos militares. Esos gastos afectaron ocho renglones e incluyeron material y equipo.
Por esos hechos se sigue un proceso contra varios militares que fungieron como jefes de presupuesto y en el Departamento de Finanzas del Ejército.


Forma del saqueo

Los expertos financieros establecieron que durante la administración de Portillo se operó de la misma manera. Primero, los ministros de Finanzas giraban instrucciones para que se acreditaran fondos a Defensa; según cartas, todo se hacía por instrucciones del presidente.
Esos documentos justifican que el dinero se destinaría al fortalecimiento de la institución armada. Acuerdos gubernativos ordenaban el retiro de fondos de los ministerios de Gobernación, de Educación y de Salud, así como de deuda pública, para trasladarlos al Ejército.
El Ministerio de Finanzas gestionaba los desembolsos, y se le instruía a la tesorería del Banco de Guatemala para que trasladara el dinero. De todos esos movimientos quedaron copias, por medio de los comprobantes de modificación presupuestaria.
Una vez llegaban los fondos a Defensa, utilizaban como estrategia para el desfalco el cambio de cheques, y con el dinero en efectivo fingían el pago de planillas y otros rubros, como secreto militar.
Según los peritos, mandaban a varios militares a cobrar los cheques emitidos por el Ejército, y estos entregaban los fondos a sus superiores.
En el informe de la CGC también se establece que “en forma repetitiva y sistemática se emitieron varios cheques girados a la orden de personas que los cobraban en efectivo en el Banco de Guatemala”.
Los militares aseguran que el dinero de los cheques se usó para pago de planillas; empero, según los auditores, eso no fue así, pues hay nóminas que comprueban las transacciones.


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