miércoles, 23 de febrero de 2011

Muamar al Gadafi ordena ejecutar a los manifestantes


Trípoli.- El número uno libio, Muamar al Gadafi, ordenó ayer a sus fuerzas de seguridad purgar “casa por casa”, ejecutar a los opositores y aplastar las protestas que desde hace una semana exigen su salida del poder.

Gadafi, de 68 años, en el poder desde 1969, advirtió que los manifestantes armados serán ejecutados, y llamó a sus partidarios a manifestarse hoy, para proseguir la contraofensiva para salvar a su Jamahiriya —República de Masas— árabe popular y socialista.
“Lucharé hasta la última gota de mi sangre”, proclamó el “Guía de la Revolución de Libia”.
“Gadafi no tiene un cargo oficial del que pueda dimitir. Es el guía de la revolución (...). Este es mi país, el de mis padres y el de mis antepasados”, declaró.
Amenazó además con “purgar Libia casa por casa”, y llamó a sus seguidores a “capturar a las ratas”.


Excluyen a Libia

La Liga Árabe, que también convocó un cónclave de emergencia en El Cairo, decidió excluir a Libia de sus reuniones “hasta que las autoridades libias respondan a las demandas de su pueblo y garanticen su seguridad y su estabilidad”, citó un comunicado.
La alta comisionada de Naciones Unidas para los Derechos Humanos, Navi Pillay, advirtió a las autoridades libias que “los ataques sistemáticos contra la población civil podrían considerarse crímenes contra la humanidad”.
La secretaria de Estado de EE. UU., Hillary Clinton, afirmó que el “baño de sangre” que está causando el régimen libio con su violenta represión de los manifestantes es “completamente inaceptable” y “tiene que parar”.
El Consejo de Seguridad de la ONU expresó su “seria preocupación” ayer por los acontecimientos que tienen lugar en Libia y emitió una declaración que llama al “fin inmediato de la violencia”.
Según reportes de la Federación Internacional de Derechos Humanos, los manifestantes controlan varias ciudades, entre ellas Bengasi —la segunda de ese país—, Syrta y Tobruk, todas en el este; así como Misrata, Joms, Tarhuná, Zenten, Al Zawiya y Zuara, cerca de la capital.
Testigos denunciaron “masacres” en algunos barrios de Trípoli, poco después de que la televisión oficial anunciara que las fuerzas de seguridad asaltaban “los nidos de saboteadores”.
El ministro libio del Interior, Abdel Fatah Yunes, declaró su adhesión a la causa del pueblo, según la televisora catarí Al Yazira.
Mientras continúan las manifestaciones en Libia, varios países europeos trataban de evacuar a sus ciudadanos.
Los actos de violencia por la revuelta popular contra el régimen libio dejaron 300 muertos —189 civiles y 111 militares—, según datos presentados ayer por Saif el Islam, hijo del líder libio Muamar al Gadafi.
Antes de los enfrentamientos del lunes último, organizaciones internacionales de defensa de los derechos humanos evaluaban entre 200 y 400 el número de víctimas de la sublevación iniciada el 15 de febrero.


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