El Cairo.- La insatisfacción por las decisiones políticas tomadas por el presidente egipcio, Hosni Mubarak, ha alentado a miles de egipcios a continuar ayer con las protestas, que ya han dejado más de cien muertos, en la plaza Tahrir, con el fin de conseguir un verdadero cambio de régimen.
Los manifestantes, vigilados por las tropas del Ejército, no ocultaban su descontento con el nombramiento de dos generales en altos cargos del Estado, al jefe de los servicios de inteligencia, Omar Suleimán, como vicepresidente, y a Ahmed Shafiq, como primer ministro.
“No queremos ni a Suleiman ni a Shafiq, queremos que Mubarak cambie todo”, aseguró Ekrami Elzaiat, miembro del partido opositor Wafd.
Algo que inquietó ayer a los manifestantes fue que aviones de combate de la Fuerza Aérea sobrevolaron repetidamente el centro de la capital egipcia, por primera vez desde que estallaron las protestas populares contra el régimen de Mubarak.
Durante cerca de media hora, por lo menos dos aviones de combate pasaron a baja altura sobre la plaza Tahrir. También se veía a un helicóptero que estaba sobrevolando el área, algo que, sin embargo, ocurrió en jornadas anteriores.
Además, un grupo de 34 dirigentes de la organización opositora Hermanos Musulmanes, detenidos en los últimos días en Egipto, quedaron libres al ser destruidos los accesos de la prisión. También se reportaron fugas de cientos de reos en otras cárceles.
Los saqueadores tampoco perdieron su oportunidad, ya que arrasaron uno de los principales centros comerciales de Egipto, el City Centre de Maadi, situado en el sur de El Cairo y donde casi todas las tiendas fueron destruidas por completo.
Una situación similar se dio el Museo Egipcio, donde a pesar de ser resguardado por el Ejército, dos momias fueron dañadas en un intento de robo.
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