jueves, 13 de enero de 2011

Agrupaciones políticas carecen de credibilidad, revela estudio

El informe “Cultura Política de la Democracia en Guatemala 2010”, presentado por el Proyecto de Opinión Pública de América Latina, revela que los partidos políticos son los peores calificados en la generación de confianza. 

El estudio, que mide la cultura democrática de los guatemaltecos y que también fue desarrollado en 25 países de América, señala que los partidos políticos son las instituciones que menos credibilidad despiertan en la población, y que tienen una aceptación de tan solo el 29.1 por ciento, sobre el total de entrevistados.
La Policía Nacional Civil (PNC) le sigue, ya que únicamente el 31 por ciento de los encuestados manifestó su aceptación a esta institución.
La desconfianza que generan los partidos políticos contrasta con la cercanía del proceso electoral, porque una de esas agrupaciones será la responsable de dirigir los destinos del país en los siguientes cuatro años.
Por el contrario, las iglesias Católica y evangélicas representan las entidades que mayor credibilidad tienen en el país, ya que registran 66.4 por ciento y 65.3 por ciento, respectivamente.
Los medios de comunicación —59.7 por ciento— son poseedores de una buena aceptación, y generan confianza, según el estudio.
La encuesta divide a las instituciones nacionales en dos niveles: general —en donde se sitúan los partidos políticos— e instituciones relacionadas con el sector justicia —en donde se ubica a la PNC—.
En ambas se colocan las iglesias Católica y evangélicas por considerar que tienen injerencia en el sector justicia.
En la investigación se hace un análisis comparativo entre los 25 países de América en donde se desarrolló el estudio y arrojó datos alarmantes sobre la estabilidad democrática en Guatemala.
El país se sitúa en el puesto 22, de 25, en cuanto a estabilidad democrática por diferentes factores.
Además, muestra que para los guatemaltecos la inseguridad es el principal problema, seguido por la escasa generación de empleo.
Esto coloca a Guatemala en las primeras cinco naciones del continente que presentan una democracia en riesgo, y compiten con Perú, Paraguay, Ecuador y Bolivia.
La Asociación de Investigación y Estudios Sociales (Asíes) fue la contraparte guatemalteca que desarrolló el trabajo de campo, coordinado por la doctora en Ciencias Políticas, Dinorah Azpuru, y con el apoyo de la Universidad de Vanderbilt, EE. UU.
La Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (Usaid, en inglés) fue la que patrocinó el estudio.
El informe se efectúa cada dos años, y concentra un panorama general de la situación de la democracia y la cultura democrática en los países del continente americano. 


Abiertos a un golpe de Estado

Una de las conclusiones que destaca y genera preocupación fue que la población guatemalteca aumentó considerablemente su disponibilidad y apoyo a un eventual golpe de Estado, ya que en el último informe del 2008, el porcentaje de ciudadanos que estaría de acuerdo con esto fue del 38.3 por ciento, y ahora subió a 46 por ciento.
Azpuru indicó que esa variable se debe observar desde varios ángulos, ya que se debe enfatizar en que es más del 55 por ciento de la población la que no apoyaría un movimiento de esta naturaleza.
“Tiene mucho que ver con la escolaridad de las personas; entra más educadas, menos apoyo brindan a los procesos antidemocráticos”, afirmó.
El estudio también incluye una nueva variable: la victimización que los pobladores manifiestan por la violencia.
Los guatemaltecos sienten más la violencia, aunque no hayan sido víctimas directas de un hecho, señala el documento. 


Organización social 

Contrario a la desconfianza que genera involucrarse con un partido político, los guatemaltecos ocupan el primer lugar en el continente en cuanto a organización en grupos de iglesias y grupos de padres de familia.
Además, el estudio demuestra que existe una gran cantidad de organizaciones de mujeres para diferentes propósitos.
Respecto de la percepción de corrupción en los funcionarios públicos, Guatemala arriba de la media continental. En forma similar, el porcentaje de personas que se sienten víctimas de la corrupción —21.2 por ciento— es más alto que en los países del continente en conjunto —16.9 por ciento—.
Los habitantes de las zonas urbanas no solo son los más propensos a sufrir actos delictivos, sino también a sentirse víctimas de la corrupción. 


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