miércoles, 29 de diciembre de 2010

Personajes 2010



Banda latina estudiantil representa al país
El grupo del Instituto Pedro Molina de Coatepeque, Quetzaltenango, acumuló  varios méritos durante el  2010
Ganadora de cuatro campeonatos centroamericanos y de competencias nacionales,  la banda musical latina del Instituto Pedro Molina, de Coatepeque, Quetzaltenango, ha llevado su alegre ritmo y dinámica coreografía a los desfiles de Las Rosas,  en  California,  y el   del Día de Acción de Gracias,  en Nueva York.
Músicos, críticos y varias personalidades del país han coincidido en expresar que la pericia de los integrantes de la banda y sus coreógrafos han demostrado un desempeño de alta calidad que ha puesto en alto el nombre de su departamento y el país en eventos nacionales y  extranjeros.
El grupo fue fundado en 1982, como una banda de guerra, por la directora del establecimiento de esa época,  Elena Baiton de Velásquez, y en sus inicios la integraban 60 estudiantes; ahora suman  240.
Julia Patricia Hernández de Boston, actual directora del Instituto, recuerda que en aquellos años los concursos de bandas en Coatepeque eran organizados por el Club Leo, del Club de Leones, y la banda Pedro Molina participó durante 10 años consecutivos obteniendo siempre los primeros lugares en esas competencias, hasta 1992 cuando falleció la fundadora.
Durante varios años,  la banda musical prácticamente desapareció, pero  el 15 de septiembre del 2004, los vecinos de Coatepeque la vieron resurgir. Ahora,  con un ritmo latino y no marcial, es reconocida en el ámbito nacional y otros  países.

Presentaciones internacionales
La banda ha participado en desfiles en  estados de México, además ha efectuado giras por Centroamérica y recientemente en EE. UU. Su mayor triunfo fue participar en el Desfile de las Rosas, en  Pasadena California, en la edición del  1 de enero del 2010,  cuando   los 240  estudiantes impresionaron a los asistentes con su ritmo y baile.
La banda se ganó el derecho de participar después  de haber competido  con otras 60 bandas de Latinoamérica.
El viaje a EE. UU. fue una odisea para el grupo de docentes y estudiantes, porque,  ante la indiferencia gubernamental, tuvieron que  efectuar diversas actividades para reunir  fondos.
El  apoyo de empresas y personas individuales llegó desde  California,  donde guatemaltecos residentes en ese país  ayudaron a los músicos y bailarines con  alimentación, hospedaje y transporte terrestre  hasta lograr la ansiada presentación en el desfile más famoso del mundo.
En el 2010,  la banda  volvió a viajar a EE. UU., esta vez a Nueva York, para participar en el desfile del Día de Acción de Gracias. Los comités de apoyo y la cónsul Rosa Mérida dieron hospedaron a los jóvenes  en sus viviendas,  y se encargaron de la alimentación y el transporte.
 Grupos de apoyo y estudiantes  llevaron a cabo   rifas,   ventas de comida y lavado de automóviles, a fin de  recaudar fondos,  además contaron con     cuotas donadas por los   padres de familia; el Instituto Guatemalteco de Turismo aportó  15   boletos aéreos para que los integrantes   viajaran  a EE. UU.
Su ritmo alegre, pasos de baile latinos, coreografía, trajes y  dinamismo arrancaron aplausos de los asistentes al desfile del Día de Acción de Gracias  y obtuvieron el reconocimiento por su calidad intepretativa y  coregráfica.

OPINIÓN Representación digna

'El propósito de la creación de la banda musical fue para representar a nuestro centro educativo, lograr  la aceptación de nuestra ciudad Coatepeque a nivel nacional y en otros países. Eso nos llevó a representar a Guatemala', dijo Julia Patricia Hernández,  directora del Instituto Pedro Molina.

Costos Valor artístico 

Instrumentos, trajes y ornamentos,  de   un alto costo económico,   reciben elogios.
Los instrumentos musicales que utilizan los estudiantes tienen  un costo superior a los Q300 mil.
Los penachos que llevan las 30   jóvenes en el espectáculo coreográfico se cotizan en  Q1 mil 500 cada uno El traje de moros se alquila en  Q175 por día. No hay fondos para comprar los trajes de moros,  que cuestan  Q8 mil cada uno.
Cuando viajan a otra ciudad o país deben costear sus propios gastos.   Los estudiantes organizan rifas, lavan automóviles y venden comida, para reunir fondos.

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