martes, 28 de diciembre de 2010

Hay rezago en cobertura infantil


Guatemala es el país de América que menos invierte en la cobertura para el desarrollo infantil temprano (DIT); es decir, en nutrición, salud, educación, estimulación temprana y protección social para niños de la primera infancia, entre otros, según un informe del Banco Interamericano de Desarrollo (BID).

 

En Guatemala, cinco de cada 10 niños sufre desnutrición crónica, mientras los niveles de desnutrición aguda —en la cual la vida depende de una intervención inmediata— van en aumento.
A ello se suma que la mayor parte de la población vive en pobreza y pobreza extrema, lo cual no permite que los niños tengan una educación idónea y menos aún una estimulación temprana.
Según el Informe de Desarrollo Humano del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), Guatemala tiene una tasa neta de escolaridad en primaria del 95.1 por ciento, y en preprimaria, de apenas el 49 por ciento.
Además en la región, Guatemala es el país donde más niños fallecen antes de alcanzar el primer año de vida, refiere la reciente Encuesta Nacional de Salud Materno-Infantil.
Sin embargo, según Horacio Álvarez, especialista en educación del BID, hay algunos avances con el programa de Cohesión Social, pues éste brinda atención en salud y educación con las transferencias condicionadas y combate de la pobreza, con el programa Bolsa Solidaria.
Aún así, eso no es suficiente, pues en comparación con otros países, lo que el Estado invierte en la cobertura del DIT es muy poco.
De la población con menos ingresos —los niños de entre 3 y 5 años— solo es atendida el 7.7 por ciento, cuando el promedio de América es del 47.3 por ciento. Costa Rica, por ejemplo, invierte el 28.5 por ciento, y el país que cubre el cien por cien de su población es Paraguay.
En cuanto a la población entre 6 y 12 años, la inversión es del 77.3 por ciento en Guatemala, mientras el promedio es del 93.3 por ciento. En Costa Rica es del 97.6 por ciento y en Paraguay es del 94.8 por ciento.
Entre la población de 13 a 17 años, la inversión promedio es del 73.3 por ciento, pero Guatemala apenas invierte en el 45.8 por ciento de adolescentes provenientes de las familias con menos ingresos.


Qué evalúa el estudio

El BID evaluó la atención del desarrollo integral, la cual está enfocada en los niños desde su concepción hasta los 5 años, tiempo en el que se desarrolla su personalidad.
El DIT toma en cuenta la atención física, psicosocial, cognitiva, pedagógica y médica. Además, va encaminada a todos los actores: niños, padres o cuidadores, y maestros, y para ello hay servicios de salud, educación, nutrición y atención prenatal.
Según Álvarez, esos servicios deben prestarse coordinadamente, para lo cual debe haber una institución responsable de la política.


¿Por qué invertir en los niños?

El estudio del BID, coordinado por María Caridad Araujo y Florencia López-Boo, establece la importancia de la inversión en los primeros años de vida.
“El cerebro humano crece más que en ninguna otra etapa de la vida durante la primera infancia, y alcanza el 80 por ciento del tamaño adulto en los primeros tres años de vida y el 90 por ciento en los primeros cinco años”, dice el informe.
Agrega: “Por esa razón, estos primeros cinco años son aquellos durante los cuales el aprendizaje se realiza con mayor facilidad que en ningún otro momento”. De ahí que se trata de un período corto pero único, durante el cual se puede estimular el potencial de las personas en ámbitos cognitivos y no cognitivos.
El documento señala que no todos los déficits que se producen durante la primera infancia se pueden compensar más adelante, y hacerlo tiene un costo sumamente alto. De ahí que los daños causados son, con frecuencia, irreversibles.
Álvarez agrega que, en conclusión, el esfuerzo debe ser muy fuerte por invertir en los más pequeños, para romper el círculo de la pobreza. “La inversión es la llave para lograrlo”, subrayó.
Para Justo Solórzano, especialista en protección a la infancia del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef), la inversión debe priorizar la desnutrición.
Según él, el problema de la desnutrición es que hay daños irreversibles, donde los niños sufren discapacidad mental, por lo que lo único que le quedará al Estado es invertir en educación especializada para darle herramientas para la vida.
Solórzano agregó que el proceso debe complementarse con educación pública y sexual, ya que se están viendo muchos embarazos a temprana edad.
Verónica Spross, del Centro de Investigaciones Económicas Nacionales (CIEN), señaló que la inversión en la primera infancia es fundamental, porque allí se desarrollan habilidades y destrezas, por lo que la nutrición es prioritaria.

No hay comentarios: