Fiestas divididas ¿Con papá o con mamá?
Lo que más necesitan los hijos de padres divorciados es cariño sincero, no uno comprado u obligado. A decir verdad, y de acuerdo a la experiencia, no debiera existir más esta pregunta. Cuando los padres están separados y los hijos son pequeños, es preciso dividir la convivencia de Navidad y Año Nuevo, en paz.
Ahora bien, esto es así de sencillo cuando los problemas no existen. Entonces no son necesarias las grandes negociaciones al respecto del lugar en dónde, o con quién pasar las fiestas. La clave en este dilema son los padres. Si la comunicación es buena, los pequeños no tienen por qué sentirse mal. La costumbre llegará al final, y crecerán en ambientes sanos, y denominados por ellos mismos como “naturales y divertidos”.
Pero si existen disputas entre los padres, los hijos se ven desprotegidos en medio de la tormenta, y lo que es peor, “se sienten culpables”, enfatiza la psicóloga Hilda Luz Orellana.
Ejemplos de vida
Aga tiene 18 años. Sus progenitores están separados desde que tenía 6 y ella ha vivido una perspectiva satisfactoria en esta escena de cambios que ha tratado de comprender y esclarecer desde las primeras dudas, para no crearse algún trauma.
La clave para su mente saludable estuvo en el buen trato entre sus progenitores. Jamás escuchó un reproche del uno hacia el otro. Por el contrario, dedicaron tiempo para “enriquecer la relación a larga distancia”. Parece extraño, pero es posible y muy saludable.
“Lo que se debe fortalecer a falta de la cercanía es el cariño verdadero”, expresa Orellana.
En las fiestas
“Creerán que estoy chiflada, pero para mí es normal y es bonito repartir estas fechas porque hay dos familias y el ambiente siempre es distinto”, dice Aga.
“Claro que no siempre es así”, apunta la joven, refiriéndose a algunos de sus amigos, pues cada día es más creciente el número de jóvenes envueltos en situaciones tales.
Hay quienes piensan: ‘Si mis papás estuvieran juntos todos seríamos felices’ o ‘no me gusta Navidad porque mi papá no está en casa’. Y eso causa algún trauma que lo debe tratar un especialista. Pero yo creo que la clave es hablar con los papás”, agrega Aga, quien pretende ayudar a sus amigos, basada en la buena experiencia propia.
Comunicación
El punto de vista optimista se hace en este caso porque la chica en cuestión tiene una buena comunicación con los adultos que le dieron la vida. Cree que arreglar la situación es tan fácil como hablar.
La psicóloga afirma que cuando un niño o adolescente necesita saber qué hacer y cómo actuar ante la adversidad de este tipo, se encierra en sí mismo para no resultar herido. Y eso es lo que hay que evitar, porque son los adultos quienes deben abrir la puerta de la comunicación, para que se plantee la situación como algo normal que tiene una solución. Pero si en lugar de explicarle, se trata de utilizar al niño como medio de comunicación o de venganza, se pone en peligro su salud mental.
En conclusión
Haga que las fiestas sean motivo de alegría para todos. Si su relación con su ex pareja no funciona más, encuentre una solución sin involucrar a los pequeños.
- Hable con su hijo
- Haga partícipe a sus pequeños de la situación. No los anule porque ellos deben entender las cosas.
- Hágales sentir cuánto los ama usted y el progenitor que está lejos.
- En ningún momento les demuestre que la sensación de abandono que vive en ellos es real.
- Inculque el valor del optimismo. Hágales ver que todo feo tiene un lado bueno y bonito que es más fuerte y que crece.
- No obligue al niño a ir al lado de una persona con quien no quiere estar, utilizándolo como pretexto para el contacto con el ex.
No a las torturas
- Si eres el joven implicado, no te atormentes por el qué dirán. La base de tus problemas está en fijarte mucho en lo que sucede alrededor ó adjudicarte la culpa de algo que en realidad no comprendes.
- Toda duda debes tratar de esclarecerla en su momento, de forma madura. Siempre habrá un adulto o un especialista que se preocupe por lo que piensas.
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