lunes, 22 de noviembre de 2010

Disminuir la distancia

Acerquémonos, pues, a Dios con corazón sincero y con la plena seguridad que da la fe, interiormente purificados en una conciencia culpable y exteriormente lavados con agua pura (Hebreos 10:22)

¿A qué distancia estoy yo de Jesús? ¿Y tú? El antropólogo Edward T. Hall realizó un estudio de las distancias que utilizan los seres humanos en sus relaciones mutuas, y las organizó en cuatro tipos:

Una distancia de 0 a 45 centímetros que se usa para abrazos, contacto físico o murmullos. Esta es la distancia para amar, luchar, consolar y proteger ».

Una distancia entre 45 y 125 centímetros para las interacciones entre buenos amigos. En esta distancia cada uno tiene una burbuja invisible que rodea el cuerpo de modo que marca los límites de « No tocar » ».

Una distancia entre 1 y 5 metros para interacciones entre conocidos ».

Una distancia de entre 4 y 7 metros para los discursos o apariciones en público ».

¿Cuál es la categoría de Hall describiría la distancia que mantienes con Jesús? Hoy se nos invita a acortar distancia con el Señor. No es suficiente con creer en Cristo, que él es nuestro Abogado ante las cortes celestiales. Tenemos la oportunidad de utilizar todas las facilidades que el cielo misericordiosamente ha provisto para ti y para mí; de modo que podamos acudir « confiadamente al » mismísimo « trono de la gracia para recibir misericordia y hallar la gracias que nos ayude en el momento que más la necesitamos » (Hebreos 4:16).

Esta es la invitación para acercarnos. Acerquémonos pues con toda confianza; de tal modo que no haya distancias entre Cristo y tú, entre Cristo y yo.

« Habrá una lucha con obstáculos internos y externos. Debe hacer una obra dolorosa de separación y así como de unión »

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