lunes, 11 de julio de 2011

El Perrito cojo…



El dueño de una tienda estaba poniendo en la puerta un cartel que decía:
“Cachorros en venta”.

Como esa clase de anuncios siempre atrae a los niños, de pronto apareció un pequeño y le preguntó:

—¿Cuál es el precio de los perritos?

El dueño contestó:

—Entre treinta y cincuenta dólares.

El niñito se metió la mano al bolsillo y sacó unas monedas.

—Sólo tengo $2,37. ¿Puedo verlos?

El hombre sonrió y silbó.     De la trastienda salió una perra seguida por cinco perritos, uno de los cuales se quedaba atrás.     El niñito inmediatamente señaló al cachorrito rezagado.

—¿Qué le pasa a ese perrito? —preguntó.
El hombre le explicó que el animalito tenía la cadera defectuosa y cojearía por el resto de su vida.

El niño se emocionó mucho y exclamó:

— ¡Ese es el perrito que yo quiero comprar!

Y el hombre replicó:

—No, tú no vas a comprar ese cachorro.     Si realmente lo quieres, yo te lo regalo.

El niñito se disgustó y, mirando al hombre a los ojos, le dijo:

—No, no quiero que usted me lo regale.     Creo que vale tanto como los otros perritos, y le pagaré el precio completo.      De hecho, le voy a dar mis $2,37 ahora y cincuenta centavos cada mes, hasta que lo haya pagado todo.

El hombre contestó:

—Hijo, en verdad no querrás comprar ese perrito. Nunca será capaz de correr, saltar y jugar como los otros.

El niñito se agachó y levantó su pantalón para mostrar su pierna izquierda, retorcida e inutilizada, soportada por un gran aparato de metal.

Miró de nuevo al hombre y le dijo:

—Bueno, yo no puedo correr muy bien tampoco, y el perrito necesitará a alguien que lo entienda.

El hombre se mordió el labio y, con los ojos llenos de lágrimas, dijo:

—Hijo, espero que cada uno de estos cachorritos tenga un dueño como tú.



En la vida no importa quiénes somos, sino que alguien nos aprecie por lo que somos, nos acepte y nos ame incondicionalmente…


No hay comentarios: