miércoles, 22 de diciembre de 2010

Dios dispone, ¡ Consultalo!


El Hombre propone y Dios dispone.   […] Pon en manos del Señor todas tus obras, y tus proyectos se cumplirán (Proverbios 16: 1,3)
Cada persona constituye su propio carácter con la capacidad que tiene de tomar sus propias descisiones, ejercen el libre albedrío que Dios les dio.   Fuimos creados con individualidad, una facultad semejante a la del Creador, para pensar y hacer; para ejercer nuestra voluntad.   Cada quien puede hacer con su vida lo que decida.   Recientemente, en la recepción de la boda de unos amigos, me senté al lado de un joven que me maravilló con las disposiciones de su corazón y la firmeza de su ideología.
En esas condiciones de intimidad con la voluntad de Dios, el pensamiento aflora en la misma sintonía en la que Dios habla.   Así nuestros proyectos son afirmados y cumplimos la misión que él nos ha dado.   Entonces estamos en condiciones de pedir conforme a la voluntad de Dios, porque sabemos qué es lo que realmente necesitamos.   « El hombre propone y Dios dispone »,   dijo el sabio y llego a ser un refrán castellano….   Y tú,   ¿estás de acuerdo con la sabiduría bíblica y popular?
Si ya sabemos que Dios es quien dispone,   ¿por qué no nos acercamos a conocer su agenda para nuestras vidas?   Becquis Velazco, que ahora cumple sus labores profesionales en el área de contabilidad, quiere compartir hoy, que efectivamente es muy satisfactorio poner la vida en las manos de Dios.   Eso le permitió a ella establecer un pacto con Dios.   Así, sus peticiones fueron aprobadas por él y respondidas en el momento en que más lo necesitaba.
¿Has oído decir que la oración es una ciencia?   ¿Te has preguntado por qué?   ¿Hay que conocer mucho para pedir?   ¿No es suficiente darnos cuenta de lo que nos falta?   No es suficiente.   Lo de la ciencia consiste en que hay que llegar a conocer la agenda de Dios para tu vida.   Si no quieres tener dudas, pídele a Dios que afirme tus pensamientos en los momentos de devoción personal con él, para que llegues a conocer realmente su voluntad.
«Debemos pedir cosas que él haya prometido y todo lo que recibamos deber ser usado para hacer su voluntad.   Cuando se satisfacen las condiciones, la promesa es inequívoca »

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