No descuides tu relación con Dios

Ningún soldado que quiera agradar a su superior se enreda en cuestiones civiles (2 Timoteo 2:4).

Los descuidos cuestan mucho, ya sea en un partido de futbol, al conducir un vehículo, en preparación de las clases. La vida espiritual no es la excepción, ¿te has dado cuenta que nos rodean muchas distracciones? Cada vez hay más actividades que capturan nuestra atención. Así nos distraemos del estudio de la Biblia y la oración y dejamos de honrar a nuestro Creador.

En cierta ocasión, un joven ministro llego a vivir a un edificio de una gran ciudad. Como todavía no estaba casado, tenía pocas pertenencias, salvo sus libros. Un día, uno de sus vecinos lo saludó y le preguntó por qué no usaba el cable de televisión de pago que estaba instalado en el departamento. El joven ministro respondió con gentileza: « Porque no tengo televisor » El hombre lo miro con ojos sobresaltados como si estuviera viendo a un extraterrestre, y le respondió: « ¡pero no es posible! ¡Pareces un ser de otro planeta! » Sí, yo creo que los creyentes pertenecemos a otro mundo, ¡el reino de los cielos!

En este mundo estamos de paso. Pero cuando más profundo sea tu deseo de servir a Dios, más distracciones tienes para descuidar tu vida devocional. Además nuestras tendencias heredadas, y las adquiridas también, están orientadas a ceder más fácilmente a los pasatiempos que ofrece el mundo: Música, televisión, espectáculos deportivos, internet, reuniones sociales, etcétera. ¡Parece imposible vivir ajeno a todo eso!

En el versículo de esta mañana es una invitación del apóstol Pablo que en aquel tiempo fue para el joven Timoteo y ahora es para ti. Si quieres ser colaborador de Dios, no debes comprometerte con actividades que te distraen del proyecto divino para tu vida. ¿Por qué? Porque Dios quiere ahorrarnos el dolor y la tristeza, el vació y la falta de propósitos que se cosechan con las distracciones que complican la vida cristiana. Todos podemos seguir a Jesús y servirle. Hoy está pasando lista y nos quiere muy concentrados en sus planes y propósitos.

« Los que aprenden a concentrar sus pensamientos en todo lo que emprenden, por pequeña que parezca la obra, serán útiles en el mundo »