Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que o se ve es eterno (2 Corintios 4:18).
¿Te imaginas decir esto delante de todos tus compañeros de clase de ciencias del último curso de secundaria o en la propia universidad? ¿Cómo explicarías que hay que mirar las cosas que no se ven?
Como bien sabes, Dios no ha regalado dos libros de texto: La naturaleza y la Revelación escrita. Ambos se complementan de una manera tan maravillosa que nos permiten tener una visión completa de la realidad. Por eso te quiero animar a la investigación, a que seas un « pensador » y no un mero « mero reflector » de pensamientos e ideas de otros. Los jóvenes cristianos deben de comprometerse a buscar la verdad.
Hace unos meses meces conversé con alguien que perdió a su padre. Le comenté que lo veía reconfortado porque yo sabía que esa persona miraba precisamente las cosas que no se ven. Entonces agregué: « Las que se ven ya las dejó usted en el cementerio ».
« Así que no nos fijamos en lo visible sino en lo invisible, ya que lo que se ve es pasajero, mientras que lo que no se ve es eterno » (2 Corintios 4:14).
« Hay gente malvada que no deja que otras conozcan la verdad acerca de Dios. Y Dios, que vive en el cielo, está muy enojado con ellos. Esta gente sabe todo lo que se puede saber acerca de Dios, pues Dios mismo se lo ha mostrado. Por medio de lo que Dios ha creado, todos podemos conocerlo, y también podemos ver su poder. Así que esa gente no tiene excusa » (Romanos 1: 18-20, TLA).
¡Qué agradecidos podemos estar a Dios por el regalo de sus dos libros! Así, al ver lo visible, aumenta tu confianza en la realidad superior invisible.
« Los que estudian la Biblia con oración, salen de cada investigación más sabios que antes. Algunas de sus dificultades han sido resueltas porque el Espíritu Santo ha hecho la obra »
No hay comentarios:
Publicar un comentario