martes, 10 de agosto de 2010

El día de la venganza

¿ Dónde está, oh muerte, tu victoria ? ¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? (1 Corintios 15:55).

El cementerio más próximo a la Universidad de Montémoselos se llama Valle de los Ángeles. Allí descansa mi padre, el padre de mi esposa, familiares de nuestros profesores y compañeros de trabajo, y también algunos de nuestros estudiantes que sufrieron trágicos accidentes. Cada vez que vamos al cementerio recordamos el poder que ejerce la muerte sobre nosotros, con su terrible aguijón que « es el pecado » (1 Corintios 15:56). « La paga del pecado es muerte » (Romanos 6:23). Todo el sufrimiento, el temor y, finalmente, la muerte son consecuencias del pecado.

Nos envuelve un sentimiento de derrota cada vez que visitamos el cementerio. Nos enfrentamos a un enemigo que no hemos podido vencer. Allí desembocan nuestros esfuerzos por querer detener el destino de todos los pecadores. También ahí convergen las enfermedades para las que la ciencia no ha encontrado solución. Y claro, es la desembocadura de repentinos « terremotos » que estremecen nuestros hogares, cuando un fortuito accidente se lleva la vida de alguno de nuestros seres queridos.

Me he imaginado muchas veces ese momento tan esperado. Las timbas abiertas, los brazos levantados, todos corriendo al encuentro de unos con otros. ¡Abrazos! ¡Gozo indescriptible! En medio de toda esa alegría me imagino que veré a la muerte caminando rápido para alejarse, ¡pero la alcanzaré! ¡Sí! Porque tengo muchas ganas de gritarle en la cara las palabras del texto de hoy: «¿Dónde está, oh muerte, tu victoria?» ¡Sí, será un día de victoria! ¡El pecado se habrá ido para siempre! ¡No habrá más muerte ni dolor!

Mi amigo Daniel Nae hizo un largo viaje para ir a sepultar a su padre en Rumania. Libró una larga y dura batalla contra el cáncer, pero hoy descansa en el Señor. Como dice Daniel: «Hay mucho consuelo y esperanza en el texto de hoy ». Muy pronto, los cementerios serán escenarios de la victoria que Jesús ganó para este mundo en la cruz del Calvario.

« En la Biblia aprendemos a aprovechar sabiamente la vida presente y a asegurarnos la futura »

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